Un paseo rápido por la ciudad
Llega la tarde y el ocaso tiene algo de vencimiento en mis hombros. Llega la hora de dar un paseo y comer algo, y me pongo a pensar en lo que me apetece y lo que me apetece no es práctico, generalmente por estar demasiado concurrido. Me conformaré con el habitual paseo de kebab y café. Las horas en mi casa han discurrido bien, de algún modo fortificándome. Afianzándome en la idea de una soledad asumida. Pero ahora es momento de salir, y volver a recordar lo que afuera hay. Trato de emprender mi paso con seguridad, pero en la primera esquina ya decae. Busco a ese hombre en mí, el que todos llevan, el prototipo, la idea de hombre en sí, y varios conceptos recorren mi mente mientras camino, y rápidamente desaparecen. Me veo mucho más bajito que muchos de los tipos que voy dejando atrás, pero esto no llega a intimidarme. Simplemente imagino cómo debe ser la vida vista desde ahí arriba. Con mayor perspectiva, con mayor manejo tal vez, una idea idiota más. Al no llevar mis gafas solo reconoz