Entre explosiones

El sol y las fiestas lo eclipsan todo. Yo he vivido esto, desde otra vertiente. Recuerdo ser niño y vivir esta inercia tirando petardos, abalanzándome entre las calles, creyendo en la aventura. Lo cierto es que hoy estoy aquí, sentado en un banco, es sábado, y parece otro mundo. Trato de entenderlo, pero no hay manera. Varios ancianos a mi alrededor. Y siempre la misma fiesta. Año tras año. Hay quien cree en ella. "Saludan a las flores, sonríen por que no llores, se visten de maneras, grotescas y altaneras"... escribí alguna vez. Qué somos los valencianos, sino un pegote más, de gente, que adora evadirse. Me dan igual las raíces. Esto no lo son, de cualquier modo. Una niña experimenta con su pedazo de pólvora. No tiene ningún sentido. Las tradiciones se reparten por cada rincón del mundo tratando de demostrar una conjunción entre el ser y la vida. Algo relevante. Aquí las hemos vestido de explosiones y ruido. Tal vez como una sublimación de la guerra. Algo para no olvidar. Un resentimiento atávico convertido en fiesta y ostentación. Vuelvo a casa. Algunos hombres trabajan en una fachada al fondo de la calle. Entro. Hay espaguetis para comer. Me siento. Como digo el sol ha vuelto. La primavera se acerca. No necesito más. Del resto nada me afecta.

-----------

"La muerte". Es en lo primero que he pensado hoy al despertarme. El día progresa. Hoy estoy más cansado que ayer. Me tomo una cerveza con limón en mi garaje. Y fumo algunos pitillos. Las moscas. Qué les importa a ellas la muerte. Ni a mi perro, siquiera, que merodea por aquí. Y nadie parece preocupado, lo más mínimo, salvo, cuando les arrea de frente. La simple noción de ello debería paralizarnos a todos. Encantarnos, aturdirnos. Y luego mirarnos unos a otros, cándidos y desolados, y entonces, hacer las paces con toda la humanidad, con cada porción terrenal. Ya sé, me veo otra vez embarcado en la difícil misión de saber qué es lo que quiero escribir. Siempre el mismo mensaje. Comprendo a los que luchan. Lo que no comprendo es su actitud. ¿Por qué Jesús se alzó de ese modo? Y por qué el Che. ¿Fueron sublevaciones necesarias? ¿O solo un revulsivo natural dadas las circunstancias? Creo que los líderes tan solo son gente que se enamora de sí misma, y, llegados a tal punto, ya no tienen vuelta atrás. Han hipnotizado demasiado, han ascendido demasiado, cegados por su causa. Y luego están esos otros, tiranos, sin brillo en sus ojos, sin locura, sin estilo, y mandan bombardeos contra países enteros. Pero no son mucho peor que cualquier ciudadano de a pie. Bregando contra el tráfico y odiando. Quizá sea cierto que todo nace o debería nacer en la base. Y ya no se sabe si la base está desmenuzada por la élite o es la élite la que sencillamente no quiere salpicarse. Debe ser muy duro estar ahí arriba, completamente solo, y enajenado. Pero más duro es estar aquí abajo. Completamente solo, cara a unas pocas palabras insignificantes. Como siempre, te dejo aquí mi confusión. Ya empieza la tarde. Las moscas siguen. Mi perro sigue. Otro cigarro más. La vida sigue.

-----------

Son pocas las cosas que rodean a un hombre. Aún más a un hombre solitario. Podría intentarlo de nuevo. Ahora ya es la noche. El cansancio progresa hasta convertirse en lo único que queda. Qué será esta vez. Mañana me voy de viaje. Con mis padres. A un pueblo pequeño cerca de la sierra. Tengo una vaga sensación de tristeza. Así es como el día me ha dejado. Podría repasar cada frustración de mi vida. Daría para un glosario extenso. Pero para qué. Hay espacios tremendos entre estas frases, por más que me empeñe en juntarlas. Y fumo mientras tanto. Y mi perro ha ladrado, y ahora, asustado, se aprisiona contra mí. Ya digo que son pocas las cosas que rodean a un hombre. Y mañana ese viaje. Que haré con mucho gusto, no sin cierto reparo. Pero peor sería quedarse aquí. Yo tenía pensado viajar solo pero al no decidirme han tenido que ser mis padres los que me estimulasen. Aunque lo propuse yo. Para librarnos de tanta muerte acaecida tras esos funerales, y de paso de estas fiestas. Qué habrá detrás no se sabe. A pesar de que los días parecen no guardar misterio alguno todo es incertidumbre. Me siento más capaz que nunca, aun con este vago pesar, para lidiar con mi propósito, el que sea. Vienen a mí fragmentos de mi juventud, y de mis reclusiones, no queda nada para amar en este mundo. Anoche solo quería dormir para encontrarme con hoy. Y hoy será lo mismo con mañana, y etc. Puede que algún día me encuentre con eso que busco cara al día siguiente. Puede que en realidad solo sea eso. Vivir. Y deshacer la noche.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Sin título

Hombre en precipicio

Amor a crédito