Algunas cosas sueltas

 Anoche estuve bebiendo. Y en todo esto hay un impedimento. Quiero contar sin decir. Bien, estuve bebiendo. Sin más. Y estuve con un amigo. En un bar. Y cerramos el bar con, cubatas. Y allí estaba ella. Una moza sudamericana. Que cerró el bar aún más tarde que nosotros porque, es amiga del dueño. No me la pude agenciar. Es decir, ni lo intenté. Y lo hubiese deseado. Atraerla, embaucarla, convidarla a mi casa, así, sin más. Y por un momento, noté como ella también lo deseaba. Es decir, yo era el único tipo allí al que ella parecía aspirar. Pero, entonces la escuché reír. Es una nimiedad, pero no me gustó. Supongo que no era ella. Aunque si se presenta algún día la escucharé. Y cederé. Y la haré reír. No sola, como en aquel momento. Sino conmigo. Porque dije algo que le hizo gracia. Nada gracioso, pero ella rio de nuevo. Y esa vez fue más normal. Yo iba borracho. Pero yo nunca voy borracho, ¿entienden? No hay nada que me evada. Y el mundo me parece cada vez más hiriente. Y las personas me aburren cada vez más. Son fiestas. Y es detestable. Pero no me confundan. No voy por ahí con el desdén a cuestas. Hoy me he levantado extrañamente normal. Sin vacío, pero vaciado. Sin sustancia alguna. Pero sin pesar alguno, también. En mi casa las cosas se tambalean. Van de un día a otro. Hemos tenido dos funerales en diez días. Y mi padre, como me temía, acabó por derrumbarse. Y mi madre parece insensible, con él. No se captan, como yo los capto, al menos. El viejo andaba anoche jodido. Y ella, se percató tarde. A mí nada de esto me ha afectado prácticamente. Tan solo aquellos velatorios. Donde la cara que se te queda es de idiota. Donde enmudeces sin querer. Y supongo que eso es el respeto. En fin. Mi amigo habla en la noche, se cree JesuCristo. Pero como de pasada. Le digo que va a morir, y todo va a seguir su curso, cuando muera. Él asiente, y lo sabe. Cambiamos de tema, el suyo preferido son los conspiradores que devoran bebés y hacen rituales con su sangre, al parecer. Duda entre la planicie de la Tierra o la extensión del Universo. Yo también, para qué nos vamos a engañar. Es todo una jodida farsa. Una ilusión. Un sueño. Llámalo como quieras. Y a un lado unos, creyéndose dioses, alardeando con el infinito. Y a otro lado los otros, los paranoicos, haciendo grupito, grupito que es masa. Y no sé cuáles son más imbéciles. Me río un poco cuando leo sobre ciencia. Y sobre las proezas del Hombre. Sencillamente no hay verdad. Y me dan lástima los que se encorajinan por tratar de inculcar, más que demostrar, todo lo contrario. Este es el ciclo que nos ha tocado. Irrisorio. Hoy podía haber despertado con una mujer a mi lado. De haber sido avezado. Sin embargo estoy aquí. Fumándome un cigarro, tras otro. Y escribiendo esto. Ya lo he dicho, pero, me da asco la Humanidad.

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