Dos poemas de madrugada

 

Cosas

 

Las miro y ya las echo de menos

Todas se irán conmigo

El mechero

La pitillera

Los libros...

Todas ellas

Como el reflejo de lo que soy

Y donde vivo

 

No quedará ni una

Pues cuando ya no esté

Habrán perdido su porqué

Serán solo objetos

Abandonados

 

El hueco que uno deja

No es más que un montón de chatarra

Se sustituye fácil

Lo providencial pasa a ser accidental

Sobrante

Desechable

 

Es la noche

La que te hace fijarte en silencio

Penumbra dulce

Con el amargor de un recuerdo


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Separados por las estrellas

 

Aunque nada consiga

Estoy bien aquí

Atravesando la noche

Veloz

 

Mi perro está conmigo

Subido a la cama

A mis pies

Como una ensaimada

 

Nuestras sombras en la pared

Por una lámpara tenue

Que hay en la mesita

Donde está el tabaco

Que voy a coger

 

El culo de una cerveza

Aún fresco

El cenicero rebosante

Echo un trago

Y termino el brebaje

 

La ropa se amontona

Sobre el escritorio

El radiador eléctrico cruje

Tan solo un purificador de aire

Se escucha cerca

 

He terminado el pitillo

Me rasco una costilla

Exhalo un poco de aire

Mi mano pasa a la frente

Y vuelve

 

Como iba diciendo...

Aunque nada consiga

Aunque no me lleve a ninguna parte

Prefiero estar aquí

Tan alejado de los hombres

Por una noche más

En la que duermen

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