Hombre en precipicio


Salgo poco a la calle

pero cuando salgo

los callejones vienen a mí


He quedado con un amigo

peculiar ya de por sí

pero de todos los personajes con los que he dado

el más normal


Nos sentamos en un banco

en mitad del parque

él huye de sus padres

yo de la soledad


Lo primero es avistar a Morad

el indigente

está con uno y una chica

joven

al sentarme llega otro

al verlo ya lo advierto

un necio arrogante

agresivo y desquiciado

que habla de lo mal que está la sociedad

para pasar a argumentar

la injusticia varonil

con lo mismo de siempre

Luego, alardea de sus años de cotización

tiene 47

y, según dice, trabaja desde los 13


Me doy cuenta de que el anterior

y la chica joven

son padre e hija

porque el otro lo menciona varias veces

él no quiere ver a su hija

porque se encorajina

o algo así

y la chica lo invita a reflexionar

y entonces el tipo

se hace con la conversación al completo


Pobre ejemplo está llevándose esa niña

junto a un padre

amigo de un sujeto

que no cesa en su vituperio


Y entonces por fin

mi amigo ofrece tema de conversación

sobre un videojuego en el que está inmerso

yo trato de seguirle la corriente

pero mi atención

y alerta

no cesan hacia la situación colindante


El tipo se pone bravucón

menciona el dar un par de hostias a alguien

yo ya no quiero saber nada

deseo irme

y me sigue llamando la atención

que mi colega consiga hacer caso omiso a tales coyunturas


Morad ha venido y se ha ido un par de veces

le he preguntado por él mismo

"mal, bien, bien, mal", me responde siempre

"la vida...", prosigue

"la vida no es buena ni mala, son las circunstancias", apunta mi amigo

Morad asume

"ah, sí, tienes rasón..."

Yo me río

"te da la razón", le digo a mi amigo

a él suele gustarle tener razón

por eso me he reído


Por fin las obras han comenzado a operar

y su ruido ya no puede obviarse

aprovecho para sugerir un cambio de lugar

y mi amigo accede

y nos dirigimos a un banco cercano a la parada de metro

"con sombra", señalo


Yo he quedado con otro

pero tras gastar lo que tenía en un jugo y tabaco

ya no tengo dinero ni ganas de acudir

así se lo confieso a mi amigo

y todo transcurre con normalidad

hasta que llega él


Lo advierto cuando ya lo tengo encima

y me pide un abrazo

no me puedo negar

es un abrazo

y es alguien que me conoce desde mi nacimiento


Sé su historia

la mujer lo dejó de súbito

mientras ella estaba convaleciente con antidepresivos

él la cuidaba, según dice

y me cuadra en esta historia

seguramente la cuidaba

ella tan solo se dio cuenta de la farsa del amor

tuvieron dos hijas

hubieron palabras ante aquel hecho

que luego ella utilizó para impedirle verlas

quedarse con su piso por orden del juez

y obtener una manutención


Él lo podía haber llevado de otro modo

pero se dio a la bebida

se entregó a ella

ahora reconoce su alcoholismo

sólo que reincide en que puede dejarlo cuando quiera


Como digo nos hemos abrazado

siempre me recuerda la legendaria amistad que hay entre mi padre y el suyo

y cómo el mío lo sermonea a veces

me va a confesar datos arduos

que no voy a revelar

por considerarlos irrelevantes

pero su discurso no es cabal

mi amigo se ha levantado y ha empezado a caminar de un lado a otro

alejado de nosotros

es algo que hace normalmente

entonces él ha aprovechado para sentarse a mi lado

iba camino de casa de su tía

que se está muriendo de cáncer

y repite dos veces lo mismo en un margen de tiempo estrecho

describiendo el aspecto de sus pulmones

y el estado de su corazón

que recibe adrenalina cuando va despacio

y morfina cuando se acelera


Al principio esperaba que se marchase

camino de la casa de su tía

pero en cierto momento ya sé que se va a quedar

ahora estamos codo con codo

y sigue hablando

no olvida a su mujer

ni a sus hijas

entonces se me ocurre el mejor de los consuelos que puedo ofrecerle

me muestro compasivo con su situación

"a veces no hay que hacer nada,

simplemente dejar de hacer cosas y resistir

Como las tortugas

meterse en un caparazón

recibir todos los golpes

y cuando se despeje el camino volver a salir"

ante este consejo él se silencia por un momento

pero no escucha

dice que soy muy inteligente

porque apostillo sus medias frases con palabras finales


Me ha contado demasiado

y entonces se percata

y dice aquello de...

"Tú sabes lo que pasa en las Vegas?"

"Qué Vegas?" respondo yo

"Eso es una cosa que digo yo:

lo que pasa en las Vegas

se queda en las Vegas"


Entonces digo algo que lo hace exclamar

y finaliza su exclamación con la coletilla "loco"

esto lo hace retractarse automáticamente

"no, a ver si me entiendes,

eso es una cosa que digo yo...

no que tú... a ver si me entiendes"


A mí no me molesta

yo mismo empleo esa coletilla

pero me hace gracia su reacción


Él también sabe lo que es estar atado

por la policía

y llevado al calabozo

y en un momento me pregunta

"tú también has estado en el infierno, no?"

"Varias veces", le contesto


Y todo esto se da mientras estamos esperando a un camello

alguien que le ha llamado para ver si quería lo suyo

para su primo dice en un principio

pero nada está claro en su manera de hablar

una droga moderna que se fuma, al parecer

Ese camello de por sí da para otra historia

pero no voy a esperar a su llegada

mi amigo sigue arriba y abajo

"es buen tío", comenta él

"pero me pone nervioso", concluye

yo disculpo a mi amigo de algún modo

y le resto importancia al asunto


Anuncio mi partida

mi amigo se me suma

"cuídate... lo que sea posible", le digo mientras estrecho su mano

mi amigo toma la directa

le digo que me espere

y mientras nos alejamos los dos

aquél me recuerda:

"lo que pasa en las Vegas,

se queda en las Vegas"


Claro hombre

y le hago un gesto extraño con mi mano izquierda

queriéndole mostrar mi pulgar


Por el camino simplemente comentamos yo y mi amigo

"no puede acabar bien, está muy ido",

digo yo

"ahora mismo está cara a un precipicio",

sentencia él

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