Otro sueño de una noche de verano
Me desperté llorando aquella mañana. Fue como una reacción a la realidad. Había sido demasiado hermoso aquel sueño. Y la chica que estaba a mi lado no comprendía nada. Mientras los restos fragmentados de aquellas imágenes aún se guardaban en mí, solo atinaba a responderle, "porque ha sido muy bonito". A ella sinceramente no parecía entusiasmarle la idea. Puede que hasta yo le resultase pueril. Habíamos viajado juntos a aquel lugar y compartíamos sobre un colchón tendido en el suelo aquella habitación. Nos encontrábamos en Irlanda. En un pueblo de la parte independiente, creo. Y creo que a ella yo de algún modo la quería, como podía quererla por aquel entonces, pero incluso habiéndola querido mejor, si me hubiesen preguntado qué quería más, yo habría respondido aquel sueño. No se puede explicar muy bien la sensación, no descriptivamente al menos, tan solo recuerdo ya que era yo, ascendiendo a una especie de templo dorado de la mano de una mujer indeterminada y nuest...